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" La piel de un hombre "
Hasta qué punto pálido
y como el que más, translúcido,
la piel un sueño compuesto
de esas tenuidades que se ven en los sueños,
de esas tenuidades que oscilan
hasta perder-se de vista,
en la lontananza de una pesadilla
en la cual el rostro del soñador
se hunde en sí.
Esa piel pertenece a este hombre
que ama desesperadamente vivir,
pero a quien se le rehusa la vida,
pues el siglo ordena
que se muera cada segundo.
Piñera, Virgilio. La Isla en Peso. Barcelona: Tusquets Editores, 2000, p 248.
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